LOS DUENDES
Autor: Maria Ximena Simon Hidalgo
En una noche obscura, friolenta y llena de misterios, una familia dormía
tranquilamente en varios cuartos, en eso se escucharon los pasos en las
escaleras; mi mama bajo pero solo vio una pequeña sombra asomándose por la
ventana, dándole igual subió y se quedó dormida.
Exactamente a las 12
en punto sintió como una mano cadavérica y fría paso sobre su espalda hasta
llegar a su cóccix, ella se despertó asustada y empezó a rezar, en eso todos los libros de la repisa se empezaron a
caer y se escuchó un silencio absoluto,
mi abuelita solía decir que era bueno rezar después de que te asustaban así el mal se habría ido
pero podría haber consecuencias.
Dejamos eso atrás y nos dormimos, al despertar cuando mi mamá nos empezó a contar la historia nos dimos
cuenta que a todos nos había espantado de una manera diferente pero que
coincidía con los datos y empezamos a narrarlas , una noche después nos
volvieron espantar esta vez los juguetes empezaron a funcionar solitos y encontramos los zapatos todos regados por la
casa como si hubieran traído niños a
jugar a la casa, poco tiempo después nos
decidimos a cambiar de casa no solo porque espantaban si no porque queríamos un espacio más grande, al
trasladarnos tuvimos que esperar mucho tiempo porque en casa viejita tenemos
una pecera de mar y tenían que
instalarle nuevas lámparas a la nueva casa para su mejor funcionamiento al
llegar el especialista en focos nos fue contando un poco de su vida a lo que
concordó de que él podía ver a los muertos y
platicar con ellos en eso le contamos que en nuestra antigua casa
espantaban a lo que él respondió que en
esa casa no espantaban si no que había
duendes, muy curioso porque justamente en la jacarando nacían tréboles de la
nada, los juguetes y todo concordaba, hasta ahorita se dice que aun habitan ahí y que esa casa es
un lugar mágico y especial porque supuestamente hay oro escondido y como mi
abuelita decía “ por algo espantan, los muertos, y los duendes se pelean por
algo y ese algo creo que es oro” muy
frecuentemente han ido a ofrecer dinero por la casa pero mi hermano se rehúsa a
venderla.
Editor: Karla Ivette Bautista Luis
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