lunes, 18 de noviembre de 2013

LOS DUENDES

Autor: Maria Ximena Simon Hidalgo 
En una noche obscura, friolenta y  llena de misterios, una familia dormía tranquilamente en varios cuartos, en eso se escucharon los pasos en las escaleras; mi mama bajo pero solo vio una pequeña sombra asomándose por la ventana, dándole igual subió y se quedó dormida.
 Exactamente a las 12 en punto sintió como una mano cadavérica y fría paso sobre su espalda hasta llegar a su cóccix, ella se despertó asustada y empezó a rezar, en eso  todos los libros de la repisa se empezaron a caer y  se escuchó un silencio absoluto, mi abuelita solía decir que era bueno rezar después  de que te asustaban así el mal se habría ido pero podría haber consecuencias.

Dejamos eso atrás y nos dormimos, al despertar  cuando mi mamá  nos empezó a contar la historia nos dimos cuenta que a todos nos había espantado de una manera diferente pero que coincidía con los datos  y  empezamos a narrarlas , una noche después nos volvieron espantar esta vez los juguetes empezaron a funcionar solitos y  encontramos los zapatos todos regados por la casa como si  hubieran traído niños a jugar a la casa, poco tiempo después  nos decidimos a cambiar de casa no solo porque espantaban si no porque  queríamos un espacio más grande, al trasladarnos tuvimos que esperar mucho tiempo porque en casa viejita tenemos una pecera de mar  y tenían que instalarle nuevas lámparas a la nueva casa para su mejor funcionamiento al llegar el especialista en focos nos fue contando un poco de su vida a lo que concordó de que él podía ver a los muertos y  platicar con ellos en eso le contamos que en nuestra antigua casa espantaban a lo que él respondió que  en esa casa no  espantaban si no que había duendes, muy curioso porque justamente en la jacarando nacían tréboles de la nada, los juguetes y todo concordaba, hasta ahorita  se dice que aun habitan ahí y que esa casa es un lugar mágico y especial porque supuestamente hay oro escondido y como mi abuelita decía “ por algo espantan, los muertos, y los duendes se pelean por algo y ese algo creo que es oro”  muy frecuentemente han ido a ofrecer dinero por la casa pero mi hermano se rehúsa a venderla. 

Editor: Karla Ivette Bautista Luis 

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