lunes, 18 de noviembre de 2013

Cuento El uno para el otro Autor: Estefanía Roque Vargas

El uno para el otro


Autor: Estefanía Roque Vargas


Había una vez en un lugar llamado Borgoña una niña llamada Carla de 16 años de edad, ella vivía muy feliz con sus padres y con su hermano llamado Sebastián. Todos los fines de semana a ellos les encantaba recorrer algunos viñedos de los lugares cercanos, a Carla le encantaba pasar el día con su familia y hacer locuras que pocas familias hacen. Un sábado del mes de noviembre decidieron ir a un día de campo, llevaban mucho queso y no podía faltar una botella del vino más rico que podía existir, todos estaban muy felices, reían a carcajadas, Sebastián y Carla corrían por todo el campo, sintiendo como el aire chocaba con sus caras, sintiéndose muy felices.

Todas las familias que vivían cerca de ellos los veían con mucha envidia, ya que esa familia era considerada como una familia perfecta, sin problemas y felices.

Un día Carla llego a casa después del colegio, iba muy feliz como siempre y al llegar a su casa se dio cuenta de que la puerta estaba totalmente abierta, ella se extrañó porque su madre nunca solía dejar así la puerta, al momento en que ella entro a su casa escucho gritos, no sabía que estaba pasando así que se asustó y corrió hacia el cuarto de sus padres y se dio cuenta que sus padres peleaban como nunca lo había hecho, al ver eso ella no supo que hacer ya que sus padres en ninguna ocasión habían peleado, bueno eso era lo que ella creía. Cuando su madre de se dio cuenta de que Carla observaba por la ventana paro de discutir y dijo:

-Carla, mi amor, ¿que haces aquí tan temprano?

-He llegado de la escuela, madre- Dijo aun asustada- ¿Me puedes decir que es lo que pasa? ¿Por qué papá y tú pelean?

-Hay hija es solo un mal entendido, ya sabes cosas de pareja.

-Pero mama, eso no parece estar bien.

-No te preocupes cariño, te aseguro que está todo bien, ve a cambiarte, corre.

Carla se dirigió a su cuarto pero ella sabía que algo no andaba bien. Pasaron los días y no noto nada raro hasta que un sábado despertó y cuando salió de su cuarto se percató de que su madre estaba llorando en la sala, en ese momento ella corrió a abrazarla, no sabía que estaba pasando, entonces le dijo:

-Madre, ¿qué es lo que te pasa?

-Nada hija, todo está bien.

-¿Qué? A esto le llamas "Todo está bien" mírate como estas llorando, esto no es normal.

-Está bien hija creo que ya eres lo suficientemente grande para saberlo pero por favor, no quiero que le digas nada a tu hermano, ya sabes el aún está muy pequeño.

-Si mama, no te preocupes, solo dime, ¿es algo que tiene que ver con mi papa?

-Si hija, desde hace tiempo hemos tenido muchos problemas y disimulábamos para que ustedes no se dieran cuenta y no se pusieran tristes pero las cosas cada vez se ponen peor hija, ya no sé qué hacer.

-¿Pero cómo pudo pasar eso? Éramos una familia perfecta.

-No hija, eso era solo lo que parecía, en el fondo hay muchos problemas.

En ese momento Carla se sintió muy desilusionada y se fue a su cuarto, no paro de llorar en todo el día, sentía que su mundo se derrumbaba ya que su felicidad estaba con su familia. Carla no quería comer, no quería hacer nada.

Pasaron los días y ella iba al colegio y aparentaba no tener ni un solo problema en su casa, en cierto modo ella era una niña muy fuerte.

Un día estaba con su amigo Ricardo y él le dijo:

-Carla, te he notado un poco extraña estos días, ¿estás bien? ¿Necesitas algo?

-Estoy bien Richi es solo que las cosas en mi casa no andan bien.

-¿En tu casa? Pero eso no es posible Carla, tu familia es perfecta.

-Lo mismo pensaba yo hasta que la semana pasada llegue a casa y…

En ese momento tocaron el timbre para que los muchachos entraran a su salón así que Carla ya no le pudo contar más a Richi.

Ricardo se quedó muy preocupado, ya que Carla era su mejor amiga y no le gustaba verla triste. Al otro día Ricardo decidió llevarle a Carla una rebanada de su pastel favorito, para ponerla feliz, pero eso no sirvió de nada, ese día Carla llego muy mal a la escuela, Ricardo nunca la había visto llorar, así que no sabía qué hacer. Entonces le dijo:

-¿Carla, que es lo que te pasa? ¿Por qué vienes así?

-Es que ya no aguanto Ricardo, mis padres se la pasan peleando, ya ni siquiera nos ponen atención a Sebastián y a mí, mi madre siempre está llorando y mi papa ya casi no llega a dormir a la casa. Hoy dijo mi mama que tal vez lo mejor que pueden hacer es divorciarse para ya no tener más problemas.

Ricardo se quedó muy impactado, nunca pensó que la familia de su mejor amiga pasara por esa situación la cual ya había pasado el. Él sabía que sería muy difícil para Carla, tal y como fue para el pero también sabía que tarde o temprano ella iba a aceptar las cosas así que le dijo:

-Carla, tu sabes que yo pase por una situación igual a la tuya hace algún tiempo, y sé que es muy difícil, sin embargo debes dejar que pasen las cosas, si tu mama hace eso es porque ella sabe que así estarán mejor todos. No estés triste.

Carla de un momento a otro dejo de llorar y se dio cuenta de que Ricardo en verdad la comprendía, se dio cuenta de que el en verdad quería que ella estuviera bien a pesar de todo, entonces percato que sin querer ella se había enamorado de él, veía lo que nunca había visto el otra persona y en el momento menos pensado ella se acercó a él y lo abrazo, los dos se sentían conectados, mas conectados que nunca antes y ahí empezó todo, los dos se dieron cuenta de que estaban muy enamorados.

Pasaron los días y Carla cada vez estaba mejor, se dejó de preocupar por su familia y se dio cuenta de que las cosas pasan por algo, sin importar el momento o el lugar todo tenía un motivo.

Después de un tiempo Carla y Ricardo se volvieron novios y se dieron cuenta de que todos los problemas los podía superar estando juntos, sabían que necesitaban apoyarse el uno al otro para poder superar cualquier obstáculo en su vida. Se dieron cuenta de que eran "El uno para el otro."





Editor: Estefanía Roque Vargas

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