La niña de los caballos
Autor: Raúl Morales Zumano
Había una vez, en una pequeña ciudad, hace no mucho tiempo atrás, una adolescente llamada Linda, la cual tenía unos padres que no mostraban mucho interés en ella, ya que nunca le daban atención, estaban con ella o la apoyaban. A pesar de esto la limitaban demasiado y casi nunca la dejaban salir.
Linda era una muy buena niña, siempre tenía buenas calificaciones y no hacía cosas malas como las del resto de su generación, pero a pesar de esto carecía de lo que más puede necesitar un niño, el apoyo de sus padres; sin importar que tan buenas calificaciones tuviera o los premios que recibiera, a los padres nunca les importaba y solo decían frases como "largo de aquí niña" o "déjame trabajar, ¿no ves lo ocupado que estoy?".
Sin importar la gran falta de interés de sus padres acerca de ella, siempre la limitaban, al pedir permiso para salir los padres casi siempre decían una sola y única cosa "¡NO!".
Ya estaba terminando su secundaria por lo que se comenzaba a preparar el gran baile escolar. Todos estaban emocionados por el baile, sería el momento completamente perfecto para poder lucirse ante todos, todos estaban emocianados aexcepción de ella, ella era la única que no estaba emocionada o ilusionada por el baile, ya que sabía que cuando le pidiera permiso a sus padres por poder ir a tan esperado baile, ellos dirían una sola y única cosa, la misma que respondían siempre cuando pedía permiso para salir "¡NO!".
Solo veía a todos planeando, desde como irían vestidos hasta con quienes irían, todos emocionados a excepción de ella, pero de pronto, sucedió lo que ella jamás esperaría. Niko, el muchacho más guapo y codiciado por todas las mujeres de la escuela se le acercó corriendo a Linda y dijo:
-¡Linda!, ¡espera! Hay algo que debo decirte.
- ¿qué pasa?- respondió Linda con sorpresa y timidez.
-Es solo que… no sé, tal vez…
-Tal vez… ¿qué?
-Bueno, pues ya sabes que se acerca el baile de fin de año y pues… me preguntaba si te gustaría ir conmigo al baile.
Linda se quedó sin palabra alguna, ni siquiera sabía si era real lo que estaba pasando, lo único que ella podía pensar era "¿es posible? ¿Será acaso que el chico más lindo de toda la escuela esté invitándome al baile?" se quedó completamente atónita.
-¿entonces?, ¿qué me dices?- pregunto Niko con gran ansiedad.
- Por supuesto que ¡sí!- respondió Linda con gran emoción.- El único problema son mis padres, tengo que convencerlos, pero con mucho gusto iré.
Linda se despidió de él y fue corriendo a su casa a contarle a su madre, quien por primera vez la escuchó y le dio permiso de ir a la fiesta.
El día del gran baile por fin había llegado y Linda estaba completamente feliz y emocionada, se había arreglado como una princesa y justo cuando iba a irse, su padre muy enojado le gritó:
-¿A dónde crees que vas? Ni pienses que iras a ningún lado, tú te quedaras en esta casa encerrada por siempre.
Linda no pudo resistir las palabras que había dicho su padre, se enojó y enfureció tanto que salió corriendo de su casa sin siquiera pensarlo, huyó de ella.
Corría y corría sin cesár y sin mirar atrás, lo único en lo que pensaba era en no volver a ver a sus padres nunca más y no paraba de llorar.
Se adentró en el bosque sin pensarlo y sin ver siquiera a donde iba, solo se hacía cada vez más oscuro con medida en la que se adentraba al bosque más y más. No podía ver y no paraba de correr, hasta que de pronto tropezó con una rama y cayó al suelo, golpeándose en la cabeza y quedándose desmayada.
Estaba en el suelo, en medio del bosque y en medio de la nada, no había quien la pudiera ayudar, cuando de pronto, se acercó una rara criatura de cuatro patas y una larga cola, quien ella solo pudo ver la silueta. Llegó a ella y le lamió la cara, no era más que un hermoso caballo apalusa.
El caballo, le lamió la cara y la acomodó de tal forma que la pudiera subir a su lomo, adentrándola al campo y llevándola a un lugar desconocido.
En la mañana, el hermoso caballo apalusa comenzó a lengüetear a Linda hasta que ella despertó, sin tener la más mínima idea de en donde se encontraba, lo único que sabía era que había amanecido en pastura de caballo.
Linda comenzó a acariciar al caballo y jugar con él, cuando de pronto se acercó un señor diciendo:
-Veo que ya despertó señorita, ¿cómo durmió?
-Buenos días señor- respondió con extrañes- disculpe pero, ¿quién es usted? Y ¿cómo llegue aquí?
-Pues, al parecer resbaló en el campo y se desmayó, pero por suerte te encontró uno de mis caballos, su nombre es Pecas y te encuentras en mi rancho, un lugar que yo he creado para cuidar de mis caballos.
Linda quedó completamente asombrada de lo que había hecho el caballo, le había salvado la vida, además, quedó completamente enamorada del lugar, era un lugar mágico y asombroso, con grandes campos verdes y hermosos caballos corriendo por todo el lugar, aunque había uno en especial que había llamado su atención, su nombre era Pecas, el caballo que le salvó la vida.
-Ahora cuénteme señorita- dijo el señor- ¿por qué tuvo que entrar al bosque en la noche? ¿No sabe lo peligroso que es? Pudo haber muerto.
-Pues vera señor, ya estaba harta de mis padres, jamás me apoyaron y solo me exigían y restringían, no podía aguantar más así que sin pensarlo huí, además, no sé qué hare, cuando vuelva a mi casa ellos me mataran.
-Pues ese es un gran problema señorita- dijo el señor- no debió de haber huido así de su casa.
-Lo sé, ahora lo sé.
Linda trato de relajarse en el lugar y se dio cuenta de lo magnifico que era ese lugar, no querría dejarlo nunca, lo cual logró ver el señor y él le dijo.
-sabes, tengo una idea, tú has quedado enamorada de este lugar y a mí no me vendría mal una ayuda, que te parecería quedarte aquí y ayudarme.
-¿De verdad cree que pueda hacer eso?- respondió Linda con gran emoción.
- Por supuesto que sí, pero tienes que volver a casa y resolver tus problemas con tus padres, contarles lo sucedido y venir todos los días aquí, ¿te parece?
-Pero claro que sí, me parece perfecto.
Linda volvió rápidamente a su casa con Pecas, habló con sus padres, les contó lo ocurrido y les pidió disculpas, diciendo que jamás lo volvería a hacer pero que necesitaba del apoyo del que nunca le dieron, al que los padres accedieron sin protesta; y linda, bueno, linda volvió a su lugar favorito del mundo todos los dias para ayudar y aprender, siendo inseparable de su gran amigo Pecas y convirtiéndose así en "La Niña de los Caballos"
Editor: Estefanía Roque Vargas
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