jueves, 14 de noviembre de 2013

El oso tragón
Autor: Estefanía Roque Vargas
Un día muy soleado iba el conejo brincando muy contento por el bosque, no tenía nada que hacer ya que había terminado todas sus labores pendientes. De pronto se encontró con un oso, era demasiado grande, trato que esquivarlo pero, como iba muy rápido le fue casi imposible. En ese momento despertó el oso muy enojado y comenzó a gritar
-¿Quién te crees para venir a despertarme? –Grito el oso
-Disculpe señor oso, esa no era mi intención, yo solo iba de paso… -Dijo el pequeño conejo.
-A mí eso no me importa, te tendré que comer, tengo mucha hambre
-No por favor no me coma, hare lo que usted me pida, pero, no me coma…
-Ah! ¿Con que harás lo que yo te pida?
-Si gran oso, eso haré.
Entonces el oso se quedó pensante y dijo:
-A ver, tengo mucha hambre y estoy muy cansado así que, irás a buscarme comida, si no quieres que te coma tráeme lo suficiente.
El conejito aceptó y fue en busca del alimento. Tiempo después regreso muy cansado, pero traía una bolsa lo suficientemente llena para alimentar al oso.
-Aquí está tu alimento oso.
-Muchas gracias conejito, me has sido muy útil.
Desde ese día el conejo y el oso se hicieron amigos y no volvieron a discutir jamás.

Moraleja: Siempre tenemos que solucionar las cosas hablando, es la única manera humana de hacerlo.

Editor: Rafael Martínez S.

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